Primero fue el astro de Grandes Ligas Sammy Sosa, acusado de usar corcho en su bate y esteroides. Después del escándalo, al dominicano más famoso en el mundo ningún equipo le renovó un contrato.
Luego aparece el caso del toletero Miguel Tejeda, quien admitió ante el Senado que mintíó cuando dijo que no usó esteroides y fue condenado a cumplir trabajos sociales.
No había terminado el escándalo de Tejeda y sonó que el jugador más cotizado en la gran carpa, Alex Rodríguez, consumió esa sustancia prohibida, pero admitió que fue antes de ser sancionada.
Ahora, lo de Manny Ramírez.
No hay dudas que República Dominicana, cotizada como una de las plazas donde salen los mejores peloteros, está en el descrédito mundial, para pena y verguenza de los dominicanos.
No comments:
Post a Comment