Nueva York, 29 de septiembre, 2008
Lic. Mercedes Castillo
Presidente del Colegio
Dominicano de Periodistas
Demás miembros del Comité Ejecutivo
Santo Domingo
Estimada presidenta y demás:
En primer lugar reciban un fuerte abrazo de nuestra parte, al tiempo que aprovecho la ocasión para protestar enérgicamente por la actitud de la secretaria general del CDP en Nueva York, quien con frecuencia se arroga el derecho de hablar a nombre de la totalidad de la Seccional, sin antes siquiera consultar con la directiva, mucho menos con la membresía.
En esta ocasión, la colega Mayra La Paz vuelve por sus fueros denunciando la supuesta manipulación de una conferencia de prensa que el Señor Presidente de la República, Dr. Leonel Fernández, tuviera a bien conceder durante su reciente permanencia en esta ciudad.
Lo denunciado por Mayra no puede recoger el sentir de la Seccional del CDP, en razón de que tanto yo como muchos colegas más pertenecemos a ella y no compartimos sus juicios. En tal virtud, lo que ella alega a lo sumo representa su particular parecer, o en el mejor de los casos, de una parte no definida del CDP.
Quiero aclarar que las alegaciones de Mayra La Paz son apenas suposiciones hijas de otras motivaciones, pues ella en modo alguno puede conocer la dinámica empleada por Rafael Núñez y quien suscribe como director y subdirector del equipo de prensa del Presidente Fernández, para conducir la rueda de prensa.
Sólo a modo de información para que conste en el Comité Ejecutivo del CDP como parte de esta mi protesta contra Mayra, les digo que los turnos fueron otorgados en función de las confirmaciones de asistencia a la conferencia, siendo los medios estadounidenses los primeros en confirmar, pues son organizados y no improvisados.
Como periodista que pronto cumpliré 30 años en el ejercicio de la comunicación, habiendo recorrido todos los peldaños del oficio desde el humilde reportero que a mucha honra realizó su trabajo hasta la docencia, estoy consciente de que en una rueda de prensa lo importante no es preguntar por el mero hecho de preguntar, sino que el personaje proporcione suficiente información para llevarla al público.
Y eso fue justamente lo que hizo el Presidente Fernández, quien dio suficiente material informativo que a nuestro juicio hacía innecesario un maratón de preguntas disparatadas que de seguro saldrían de la boca de muchos de los allí presentes, no en el caso de Mayra precisamente.
Me extraña que Mayra simule desconocer esa realidad, pues imagino que los buenos maestros que ella tuvo en sus años de estudiante llegaron a explicarle este pequeño detalle.
De algunos de los que han protestado no digo nada, pues conozco que se trata de elementos sin ninguna formación en este oficio que se han amparado en el derecho que les asiste de acceder a un espacio en el cable de Manhattan para montar programas que sólo califican para ser definidos como cloacas.
Son individuos que en la República Dominicana no tendrían acceso a ningún medio de comunicación, pues se trata de oligofrénicos cuyo IQ no les permite siquiera formar parte de una tele audiencia razonable, pues no les alcanza ni aun para entender lo que se discute.
No creo que Mayra ni ninguno de los que le han hecho coro puedan dudar que Leonel Fernández tiene el suficiente material para recibir, responder y discutir cualquier pregunta realizada no por esos desorejados metidos a comunicadores sin ninguna condición para ello, sino por los grandes periodistas dominicanos o de cualquier otro lugar del mundo.
En tal sentido, el Presidente Fernández respondió unas diez preguntas y cuando luego de más de dos horas de intercambio con la prensa decidió ponerle fin a la rueda porque aun le quedaban dos actividades por delante, todavía teníamos pendientes en la lista otros quince turnos.
Además, es bueno recordar que quien convoca una actividad determina el momento en que le pone término, máxime cuando se trata de un jefe de Estado que tiene mil cosas más que atender.
He querido hacerles este breve relato de lo ocurrido, no porque me interese polemizar con Mayra ni con los demás, sino para que conste que no estamos de acuerdo con que ella se atribuya la libertad de hablar a nombre de todo el CDP en Nueva York sin tener mandato para ello.
Sin otro particular, les dejo mis afectos más sinceros.
Nelson Encarnación
Lic. Mercedes Castillo
Presidente del Colegio
Dominicano de Periodistas
Demás miembros del Comité Ejecutivo
Santo Domingo
Estimada presidenta y demás:
En primer lugar reciban un fuerte abrazo de nuestra parte, al tiempo que aprovecho la ocasión para protestar enérgicamente por la actitud de la secretaria general del CDP en Nueva York, quien con frecuencia se arroga el derecho de hablar a nombre de la totalidad de la Seccional, sin antes siquiera consultar con la directiva, mucho menos con la membresía.
En esta ocasión, la colega Mayra La Paz vuelve por sus fueros denunciando la supuesta manipulación de una conferencia de prensa que el Señor Presidente de la República, Dr. Leonel Fernández, tuviera a bien conceder durante su reciente permanencia en esta ciudad.
Lo denunciado por Mayra no puede recoger el sentir de la Seccional del CDP, en razón de que tanto yo como muchos colegas más pertenecemos a ella y no compartimos sus juicios. En tal virtud, lo que ella alega a lo sumo representa su particular parecer, o en el mejor de los casos, de una parte no definida del CDP.
Quiero aclarar que las alegaciones de Mayra La Paz son apenas suposiciones hijas de otras motivaciones, pues ella en modo alguno puede conocer la dinámica empleada por Rafael Núñez y quien suscribe como director y subdirector del equipo de prensa del Presidente Fernández, para conducir la rueda de prensa.
Sólo a modo de información para que conste en el Comité Ejecutivo del CDP como parte de esta mi protesta contra Mayra, les digo que los turnos fueron otorgados en función de las confirmaciones de asistencia a la conferencia, siendo los medios estadounidenses los primeros en confirmar, pues son organizados y no improvisados.
Como periodista que pronto cumpliré 30 años en el ejercicio de la comunicación, habiendo recorrido todos los peldaños del oficio desde el humilde reportero que a mucha honra realizó su trabajo hasta la docencia, estoy consciente de que en una rueda de prensa lo importante no es preguntar por el mero hecho de preguntar, sino que el personaje proporcione suficiente información para llevarla al público.
Y eso fue justamente lo que hizo el Presidente Fernández, quien dio suficiente material informativo que a nuestro juicio hacía innecesario un maratón de preguntas disparatadas que de seguro saldrían de la boca de muchos de los allí presentes, no en el caso de Mayra precisamente.
Me extraña que Mayra simule desconocer esa realidad, pues imagino que los buenos maestros que ella tuvo en sus años de estudiante llegaron a explicarle este pequeño detalle.
De algunos de los que han protestado no digo nada, pues conozco que se trata de elementos sin ninguna formación en este oficio que se han amparado en el derecho que les asiste de acceder a un espacio en el cable de Manhattan para montar programas que sólo califican para ser definidos como cloacas.
Son individuos que en la República Dominicana no tendrían acceso a ningún medio de comunicación, pues se trata de oligofrénicos cuyo IQ no les permite siquiera formar parte de una tele audiencia razonable, pues no les alcanza ni aun para entender lo que se discute.
No creo que Mayra ni ninguno de los que le han hecho coro puedan dudar que Leonel Fernández tiene el suficiente material para recibir, responder y discutir cualquier pregunta realizada no por esos desorejados metidos a comunicadores sin ninguna condición para ello, sino por los grandes periodistas dominicanos o de cualquier otro lugar del mundo.
En tal sentido, el Presidente Fernández respondió unas diez preguntas y cuando luego de más de dos horas de intercambio con la prensa decidió ponerle fin a la rueda porque aun le quedaban dos actividades por delante, todavía teníamos pendientes en la lista otros quince turnos.
Además, es bueno recordar que quien convoca una actividad determina el momento en que le pone término, máxime cuando se trata de un jefe de Estado que tiene mil cosas más que atender.
He querido hacerles este breve relato de lo ocurrido, no porque me interese polemizar con Mayra ni con los demás, sino para que conste que no estamos de acuerdo con que ella se atribuya la libertad de hablar a nombre de todo el CDP en Nueva York sin tener mandato para ello.
Sin otro particular, les dejo mis afectos más sinceros.
Nelson Encarnación
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