El politólogo Belarminio Ramírez Morillo dijo que en las mayorías de ciudadanos de los Estados Unidos y en ciertas medidas del mundo, existe un desbordante optimismo por el triunfo de Obama, actitud que califica como preocupante debido a que el gobernante electo no podrá satisfacer las expectativas creadas durante la contienda electoral.
El estudioso del mercadeo político y las campañas electorales subrayó que tanto el fatalismo como el desbordante optimismo son dos comportamientos humanos que resultan delicados en cualquier sociedad y época histórica.
Dijo que el fatalismo es malo porque el individuo cae en una especie de derrotismo y deja de lado el espíritu emprendedor, pero el desbordante optimismo como consecuencia de una revolución de expectativas cómo la despertada con la elección de Obama también es malo, porque el individuo recibe un golpe muy duro cuando se acuesta pensando que los problemas están resueltos y al día siguiente cuando despierta se da cuenta que los males están igual o peor.
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El cientista político dijo que el Presidente electo, Barack Obama está consciente de esa situación, y por eso en su discurso dijo que la victoria en si misma no es el cambio que buscamos, es solo el comienzo, siendo enfático al precisar que “el camino será largo, “la subida será empinada”, y que probablemente a la solución de la crisis no se llegue en un año ni en un período.
El profesor universitario dijo que con la elección de Obama el sistema político norteamericano ha sido puesto a prueba. “En cualquier otro país que se produzca una crisis económica en que más de un millón de personas pierden sus empleos y cientos de miles de familias pierden sus viviendas, es de esperar que los ciudadanos comiencen a cuestionar al sistema político democrático, y esto no ha sucedido en Estados Unidos”. Expresó.
Manifestó que ante los efectos de la crisis económica el ciudadano estadounidense reaccionó despojándose de prejuicios racionales, religiosos y culturales, y optó por escoger como Presidente al candidato que consideraban representaba la única opción de cambio.
Dijo que la elección de Obama representa cambios sin precedentes en la cultura política de los Estados Unidos. “A ninguna mente humana por lúcida que fuera se le ocurría pensar diez años atrás que hoy tendríamos a un negro afro-americano como presidente de los Estados Unidos. Esto solo era posible en la ficción del cine”, subrayó el escritor y político.
Expresó que la elección de Obama en ciertas medidas es el producto de la activación de un mecanismo de autodefensa y protección del propio sistema político. “Una vez más quedó claro que los ciudadanos de ese gran país nunca pierden la fe, la esperanza y el espíritu de lucha, y por eso enfocan siempre su mirada al porvenir en el propósito de resolver los problemas y enfrentar los retos.”
El politólogo y escritor dijo que ante las crisis los ciudadanos estadounidenses reaccionan de manera distinta a los ciudadanos de los pueblos latinoamericanos. Expresó que “nosotros siempre vivimos comparando el presente con el pasado inmediato, por eso cuando se presenta una crisis aguda nuestro ciudadano reacciona clamando por la vuelta del gobernante anterior. Si los ciudadanos de los Estados Unidos pensaran como los latinoamericanos, el presidente electo fuera Bill Clinton y no Barack Obama.”
Manifestó que la principal misión de Obama desde ahora hasta el 20 de enero del 2009 cuando asuma la presidencia, es orientar y concientizar al ciudadano sobre la verdadera dimensión de la crisis. “Ayer su misión como candidato era persuadir al ciudadano de que él representaba la solución de la crisis, hoy su misión es actuar como el médico presentando el diagnóstico del paciente y diciéndole a los familiares que la cura tomará mucho tiempo y que requerirá de mucho esfuerzo y sacrificio.”
El abogado y politólogo dijo que la recuperación de la economía norteamericana requerirá de mucho tiempo, porque el problema no es única y exclusivamente fruto de la política de guerra promovida por la administración republicana, “el principal motivo de la crisis es que el modelo neoliberal se agota, que no ha llenado las expectativas, que la tesis de que el Estado no debe intervenir en la economía y debe dejarlo todo al libre juego de la oferta y la demanda ha sido un fracaso rotundo.
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