Un hombre mantuvo secuestrados por un arranque de celos, durante casi cinco horas, a 42 personas en un edificio de oficinas de Guatemala, amenazando con detonar una bomba. Su primer aviso fue advertir que «sólo muerto» saldría de allí. La intención por la que montó el escándalo era vengarse de su ex mujer y de su nueva pareja, quienes trabajan en el inmueble. El portavoz de la Policía Nacional Civil (PNC), Donald González, identificó al secuestrador como Luis Fernando Escobar Martínez, de 29 años, quien fue trasladado «a un centro asistencial para recibir atención psiquiátrica y después ser entregado a los tribunales». Los hechos comenzaron cuando Escobar entró en el edificio y disparó en una pierna a un vigilante, a quien previamente le arrebató la pistola. Ya con el arma, el hombre amenazó a las 43 personas que se encontraban en el local con hacer explotar una bomba. Las autoridades explicaron que el individuo pretendía asesinar a su ex esposa y a su novio, quienes se encontraban en el recinto. Finalmente, cinco agentes lograron persuadirle de que soltara a los rehenes y se entregase. Y así lo hizo, dejando para el final a la que había sido su mujer, así como a su actual pareja. El incidente acabó sin más heridos. Uno de los liberados comentó que «en todo momento nos trató bien, no nos golpeó ni insultó. Sólo nos pidió que estuviéramos tranquilos. Unos minutos más tarde nos dijo que nos podíamos marchar».
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