Thursday, September 11, 2008

Un ejemplo de superación personal y política

LEONEL

Por : Manuel Almánzar Castillo

Cuando en 1995, el Partido de la Liberación Dominicana escogió al joven (41 años) Leonel Fernández para la candidatura presidencial, muchos se sorprendieron. En un partido de tantos intelectuales y profesionales distinguidos con larga hoja de servicio al país, gente que había estado largos años al lado de don Juan, que le habían acompañados tantos años, primero en PRD y luego en el PLD. De repente surge este joven. La pregunta obligada era….. ¿De dónde se inventaron que ese “muchachito” podía competir con el más grande lider de masa de la Republica Dominicana, el Dr. Peña Gómez?. ¿Qué estaban pensando los peledeísta cuando lo prefirieron por sobre dos distinguidas personalidades, no solo del partido, sino del país, el Lic. Norge Botello y el Dr. Euclides Gutierrez Felix¿. Qué pudieron vislumbrar en él?. ¿Por qué votaron por este joven de Villa Juana, cuyo aval era una vida de entrega al estudio, sólida formación moral y hogareña y una entrega incondicional a servir al partido para servir al pueblo?. La respuesta a esa pregunta la tenía el juez más infalible y justo que existe: el tiempo.
Hoy, 13 años después, es fácil reconocer que los que hacían vida política en el partido sabían muy bien que Leonel representaba, no sólo el presente, sino el futuro de ese partido, que terminó ganando las elecciones apenas un año después y a tres años de haber sufrido la debacle de 1994, que redujo su matricula de votantes a un 13%. El comportamiento ejemplar del joven presidente, no dejo temor a dudas sobre lo acertada de la decisión al elegirle. La sabiduría con que se manejó, los logros acumulados y los resultados en términos económicos, políticos, sociales, institucionales, en salud, educación, producción, en las relaciones internacionales al sacar al país del aislamiento tradicional y la indiferencia con que se manejaban los asuntos a ese nivel, le dio vida y colocó nuestro país en lugares cimeros a nivel internacional. Su perfil de estadista preparado, disciplinado, culto, y consciente de sus responsabilidades se hacían evidentes en los más importantes foros de América y el mundo. Se hizo costumbre indagar como sería el esperado y brillante discurso del joven mandatario dominicano y nos hizo orgulloso al representarnos con dignidad y decoro. Este joven presidente dominicano era consciente y, así lo manifestaban sus acciones, de la implicaciones que eran inherentes a su posición de estadista. Su salida del poder en el 2000, nos hizo reflexionar a todos. Que diferencia!!!!. Su ausencia se notó desde el mismo momento en que “la hoja aquella” se extravío. Pero esas son las reglas de la democracia y no había nada más que….. esperar.

Finalmente, llegó el 2004 y su retorno al poder. Esos cuatro años sirvieron; como pasa con el buen vino; para hacerlo mejorar: Hacerlo más maduro, más sabio, más estadista. De repente, los actores sociales y económicos del país retomaron la confianza, se recuperó la economía y hasta el orgullos de ser dominicano. Esos cuatro años fuera del poder, fueron el caldo de cultivo para hacer florecer lo que aun faltaba. Qué suerte y que privilegio, diría un representante de un país hermano en un evento internacional, “que suerte tienen ustedes de tener a Leonel Fernández.”.
Muchos en nuestro partido quieren y tienen derecho a ser presidente. Don Juan creo un partido único en América, fuerte, disciplinado y de ahí, sólo de ahí deben salir los líderes que nos conviertan en un país fuerte y desarrollado. Pero, los que quieran llegar a subir las escalinatas del palacio nacional con la banda tricolor en su pecho, deben mirar un poco a hacia Leonel. No es cuestión de suerte, es cuestión de preparación, dedicación, disciplina y seriedad. Es asunto de respetar las reglas del juego, de respetar al partido y sus instituciones, de querer y amar a su país. Es cuestión, también, de carisma, de ángel, de caer bien, de reflejar credibilidad, de inspirar confianza. Es cuestión de dejar de la lado la improvisación y asumir con la seriedad y la dignidad que demanda la poción de Jede de Estado de un país.
¿Qué hizo Leonel que lo colocó en el lugar adecuado en el momento justo?. Se educó política, profesional e intelectualmente. Nunca peleo, ni discutió. No intrigó, le huía a los pleitos y discusiones estériles, privilegió el debate teórico, la discusión académica, constructiva. Mantuvo las diferencias en el campo de las ideas, sin rebajar nunca el debate a lo personal u ofensivo. Nunca formó, ni participó en grupos, corrientes o tendencias. Jamás exigió nada. Incluso, renunció humildemente a posiciones ganadas en buena lid, como la candidatura a primer diputado en 1990. Luchó, eso sí, luchó con todas sus fuerzas por superarse intelectualmente y lo sigue haciendo. Saca tiempo para cultivarse, pulirse, educarse más y más.
Leonel es, sin lugar a dudas, hoy por hoy, el presidente latinoamericano de mayor nivel intelectual, uno de los que tienen mayor dominio de los temas actuales, de los más preparados.
Si usted cree tener los meritos para llegar donde él está….. manos a la obra, a estudiar, a disciplinarse. Deje de perder su tiempo formando grupos y “jalando para su lado”. Trabaje, que a la hora de la verdad, este partido, el PLD, no se equivoca al elegir a sus candidatos y si lo hace….. pagamos todos.

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