Miguel Mejía: un revolucionario de nuevos tiempos

Por: Amín Cruz

Los revolucionarios deben ser personajes con visión de futuro, porque así los testimonia la palabra que le da origen, como es natural debe estar innovando en buena lid para contribuir al desarrollo de la sociedad y en ese orden debemos citar sin titubeo a Miguel Mejía.Porque hablamos de manera categórica de un revolucionario como Miguel Mejía, la razón es sencilla, porque entre el listado de revolucionarios dominicanos, es el único o uno de los pocos que se ha puesto a la altura de los nuevos tiempos, trabajando día y noche, con la ardua tarea de ayudar al actual gobierno presidido por el Dr. Leonel Fernández a buscarles soluciones a los múltiples problemas que enfrenta la nación con relación al petróleo.La formación del hombre nuevo la vemos en Jesucristo, y la plantea el Che, se edifica en el trabajo, que debe ser el eje central de la labor educadora, que con su ejemplo motive a otros, eso lo podemos ver en Juan Bosch, el Che, Fidel, Gandhi y muchos otros, hombres que no tan sólo fueron teóricos, ellos también fueron prácticos, metodológicos, objetivos y consecuentes con sus ideas.Hoy podemos decir que Miguel Mejía, es el único de la izquierda que esta haciendo una gestión de estado a favor del pueblo dominicano y que la misma se puede apreciar desde hace más de 20 años, a diferencia de otros "llamado" izquierdistas dominicanos que tan sólo son unos teóricos, otros han llegado al estado a beneficiarse, a llenarse los bolsillos y en cambio no han hecho nada por el país, tampoco con su "supuestas" relaciones internacionales.En cambio en la persona de Miguel Mejía desde el 1996, podemos ver que gracias a sus esfuerzos con países como Venezuela, China, Vietnam, Corea, Cuba entre otros, ha venido trabajando arduamente logrando grandes acuerdos y beneficios, conquistas para la República Dominicana, desde el aspecto de las relaciones diplomáticas, bilaterales hasta acuerdos en el campo cultural, económico, académico, vivienda, salud etc. El actual Secretario de Estado sin Cartera Miguel Mejía, se ha convertido en hombre de confianza del presidente por ser un trabajador a tiempo completo y hay que resaltar los aportes, en cambio hay otros que en vez de ayudar a nuestro Presidente Dr. Leonel Fernández, lo desayudan. Mejía desde el mismo momento en que entró en acción en el 1996, como Embajador adscripto en la Cancillería Dominicana, se propuso a ser un servidor del presidente y del país en el mundo y hoy podemos ver los frutos, tal como reza el término bíblico "por sus frutos los conoceréis".Ante la crisis del petróleo, mientras otros teorizaban y apostaban el descalabro del gobierno del Dr. Leonel Fernández, Miguel Mejía no descansaba con los contactos y llamadas a su amigo Hugo Chávez, para lograr un tipo de tratado favorable para el país, hasta lograrlo, de igual manera lo ha hecho y sigue haciendo con otros, la semana pasada estuvo reunido con el embajador de Brasil, ya lo hemos visto con los vietnamitas, cubanos, chinos etc., en cambio otros compañeros de izquierda se han quedo en el sueño del siglo XX añorando la guerra fría.Miguel Mejía, desde el Palacio Nacional ha iniciado una serie de trabajos, por encima de las dificultades triviales políticas, ha entendido que no siempre hay que esperar a que se den todas las condiciones, para hacer el trabajo a favor de la patria. Si tuviéramos que definir qué es el trabajo, diríamos que es la acción mediante la cual el hombre se identifica consigo mismo y con los demás. Y esto es lo que hay que hacer; acordarse de que el trabajo es lo más importante. Perdónenme si insisto una y otra vez, pero es que sin trabajo no hay nada. Todas las riquezas del mundo, todos los valores que tiene la humanidad son nada más que trabajo acumulado. Sin eso no puede existir nada. Sin el trabajo extra que se da para crear más excedentes para nuevas fábricas, para nuevas instalaciones sociales el país no avanza. Y por más fuerte que sea nuestro gobierno dominicano, estaremos siempre con un ritmo lento de crecimiento. Y hay que romper eso, romper con todos los viejos errores, manifestarlos a la luz pública, analizarlos en cada lugar y entonces corregirlos y sobre todo asegurémonos, que el fruto del trabajo sea para el beneficio de la nación.