Por Sergio Acevedo
La decisión del Colegio Médico Dominicano de celebrar una manifestación frente al Congreso Nacional el próximo 16 de agosto, es una medida a todas luces equivocada y puede afirmarse que su objetivo principal es el de deslustrar el acto solemne de toma de posesión del doctor Leonel Fernández, acto en el que estarán presentes delegaciones de todo el mundo, muchas de ellas encabezadas por jefes de Estados de varios países.
La circunstancia de que la protesta se haga frente al Congreso y precisamente durante esa fecha, no antes, ni después, pone de manifiesto que el objetivo no es el de demandar un aumento salarial para los galenos, sino que este es un pretexto para encubrir una queja mayor la cual, aunque disimulada, tiene un ribete político incontrovertible.
¿Por qué tienen los galenos que efectuar su protesta ese mismo día cuando tienen infinidades de fechas para realizarla sin restarle solemnidad a una ceremonia que, a parte de que constituye un evento de nutrida trascendencia patriótica, coincide con la toma de posesión de un gobierno elegido democráticamente en unas elecciones cuyos resultados resultaron incuestionables?
Estoy convencido de que la acción no es reivindicativa como se quiere presentar, sino política y la misma se inscribe dentro de los parámetros de una parte de la oposición caracterizada por su propensión hacia la aventura, una oposición que no respeta los escenarios y que no valora las consecuencias negativas que pueden derivarse para el país a consecuencia de ese ejercicio político torpe y alejado del interés general.
El hecho de que los directivos del CMD hayan tenido que reforzarse con miembros del FALCO e inyectarse por lo bajo con militantes del PRD, revela el carácter político de la protesta, aunque no estén definidos claramente los fines que, al decir de algunos, pueden ser inconfesables. Porque no es necesario que los médicos hagan bultos, puesto que todo el país sabe que esa directiva no es representativa de la clase, su comportamiento le ha restado la representatividad recibida porque la gran mayoría de los profesionales de la salud reprueban esos medios de lucha y no refrendan ese compinche con sectores que lejos de sumar lo que hacen es restar.
Es cierto que los médicos reciben bajos salarios y que merecen que su situación sea mejorada en lo posible, pero es necesario tomar en cuenta que estamos inmersos en una crisis internacional, cuyos efectos negativos nos afectan de manera brutal, aunque es bueno apuntar que las autoridades nacionales están haciendo esfuerzos inusitados para atenuar los efectos de dicha crisis de manera que los dominicanos suframos menos.
El aumento decretado de un 15 por ciento a los salarios no llena las expectativas de ningún sector, pero es necesario que se entienda que el mismo amortigua en alguna manera los efectos malignos de la crisis, cuya característica principal es la de disminuir el poder adquisitivo de los ciudadanos.
De no estar por medio el interés político, los directivos del CMD pueden perfectamente aceptar -aunque a regañadientes- el aumento y realizar jornadas de concientización a sus colegas y a la población en sentido general, como una fórmula más civilizada de continuar la lucha hasta alcanzar los objetivos económicos demandados.
Los galenos pueden perfectamente incluir en sus demandas no sólo la parte relativa al incremento salarial, sino también reivindicaciones de naturaleza social, tales como construcción de viviendas, facilidades para la adquisición de automóviles, otorgamiento de becas, instrumentos de trabajo, entre otros.
Es necesario que los directivos del CMD, entiendan que ellos son profesionales de la salud que están decididamente vinculados al sector más vulnerable del país, que son los cientos de miles de pobres que a diario van en busca de los servicios que ofrecen los galenos en los hospitales públicos.
En esa virtud, es evidente que las demandas cuentan con la simpatía de la población en sentido general. Pero en lo que no estamos de acuerdo la mayoría de ciudadanos, es en el método utilizado. Nadie quiere paros en los hospitales, ni quiere ver a los médicos sudorosos realizando marchas y piquetes que, por lo regular, son inoperantes y no surten los efectos deseados porque, al decir verdad, ha sido tan abusivo el uso que se le ha dado a ese procedimiento que ya nadie cree en su eficacia.
Lo bueno sería que el CMD abandone definitivamente la táctica que ha venido utilizando hasta ahora como método de lucha debido a su ineficacia, porque es bueno apuntar que el mismo no reportó beneficio ni siquiera durante el proceso electoral, ya que el gobierno se reeligió en primera vuelta, aún con todas las huelgas, paros, movilizaciones, encuentros callejeros y demás especies que lo único que logró fue aumentar el sufrimiento de los pobres.
La protesta para el día 16, frente al Congreso, debe de suspenderse, porque no es justo que los actos dedicados a conmemorar la Restauración sean empañados por una protesta sectorial, ahora alimentada por la presencia de grupos levantiscos de los cuales no se tiene ningún tipo de control y que muy bien pueden estar provocando una reacción enérgica de la autoridad encargada de mantener el orden, ante los desmanes con lo que estos grupos aderezan sus acciones.
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