Santiago: El presidente de la Cámara de Comercio Producción de Santiago, señor Ricardo Fondeur, consideró que las expectativas que se generaron alrededor de la alocución del Presidente de la República, Doctor Leonel Fernández Reina, necesitamos convertirlas en un llamado a la dominicanidad, que nos comprometa a tomar parte en todo el proceso de afrontar los grandes retos que representa esta crisis para nuestra nación.
Podemos afirmar que las propuestas presentadas por el Presidente en su discurso tienen un carácter integral para afrontar la crisis, no obstante nos preocupa sus mecanismos de aplicación, dado que sus resultados dependerán de la efectividad en su implementación.
Los medios con que cuenta la República Dominicana de hoy para abordar esta crisis, surgen en buena medida de la estabilidad democrática, la paz social y el desarrollo económico que hemos mostrado al mundo, lo que constituye nuestras credenciales para apelar a los apoyos que necesitamos en la implantación del “Plan Integral de Acción 2009” presentado por el Presidente.
El compromiso que asume el Presidente de ser sobrios en el gasto, ha sido un reclamo de toda la sociedad. Es necesario destacar que dependemos de los resultados que se alcancen en esta materia, para que los agentes económicos sigan impulsando nuestro crecimiento sobre la base de un ambiente de confianza en el futuro del país. Las metas planteadas de un déficit del 2% de PIB este año y un superávit el próximo, parecen razonable. Ahora bien, es oportuno recordar que los ahorros logrados en el año 2007 debieron ser utilizados en la atención de los problemas causados por las tormentas que impactaron el territorio nacional y el manejo de los desfogues de las presas. Ya que nos encontramos nueva vez en temporada ciclónica, es preciso que el Gobierno establezca claramente un control de los embalses, que se mantenga informada a la población sobre su comportamiento para así contribuir a evitar nuevos daños que consuman los ahorros logrados en los fondos públicos con tanto sacrificio.
Los nuevos apoyos logrados en el financiamiento a través de Petrocaribe son loables y merecen nuestro reconocimiento al pueblo de Venezuela. Pero es preciso garantizar la sostenibilidad de la deuda pública y aminorar sus efectos en las finanzas del Gobierno.
Compartimos plenamente el planteamiento del Presidente en el sentido de que no es posible que los subsidios a la electricidad y al gas consuman más recursos del presupuesto de los que se asignan a la educación y la salud. Sin embargo, lo que ha estado pendiente en el sector eléctrico es la tarea de cobrar la energía que se sirve a los usuarios que no la pagan y evitar nuevas distorsiones que como el PRA, han venido a generar competencia desleal entre las empresas. Por tanto, nos parece que el énfasis más marcado en este sentido debe estar dirigido a cobrar la energía que se sirva a los usuarios que no la pagan.
Los incentivos al sector transporte, anunciados para ser ejecutados con fondos de inversión privado nos parecen oportunos, pero los mismos deben venir acompañados de las garantías necesarias para que se permita el libre transporte de mercancías. Si no se toman medidas para evitar el monopolio, estas exoneraciones solo vendrán a fortalecer esta lesiva práctica, en perjuicio de la libre empresa.
De igual forma, la alianza público-privada propuesta para afrontar la crisis alimentaria nos parece una excelente oportunidad de retomar el campo, pero con energías suficientes para producir una profunda transformación en los esquemas de producción agrícola y agroindustrial, que además de oportuna es necesaria para lograr una mejoría en la calidad de vida de las clases más necesitadas. Pero el Gobierno debe garantizar los mecanismos necesarios para dar transparencia, equidad y efectividad a las exoneraciones anunciadas, de manera que estos esfuerzos se traduzcan en resultados reales y positivos.
Nos parece oportuna y correcta la afirmación del Presidente sobre el compromiso del Gobierno con el bienestar del pueblo dominicano, haciendo un manejo prudente de la situación de manera que podamos sobreponernos a la crisis y sacar lecciones de ella que nos ayuden a crecer.
Podemos afirmar que las propuestas presentadas por el Presidente en su discurso tienen un carácter integral para afrontar la crisis, no obstante nos preocupa sus mecanismos de aplicación, dado que sus resultados dependerán de la efectividad en su implementación.
Los medios con que cuenta la República Dominicana de hoy para abordar esta crisis, surgen en buena medida de la estabilidad democrática, la paz social y el desarrollo económico que hemos mostrado al mundo, lo que constituye nuestras credenciales para apelar a los apoyos que necesitamos en la implantación del “Plan Integral de Acción 2009” presentado por el Presidente.
El compromiso que asume el Presidente de ser sobrios en el gasto, ha sido un reclamo de toda la sociedad. Es necesario destacar que dependemos de los resultados que se alcancen en esta materia, para que los agentes económicos sigan impulsando nuestro crecimiento sobre la base de un ambiente de confianza en el futuro del país. Las metas planteadas de un déficit del 2% de PIB este año y un superávit el próximo, parecen razonable. Ahora bien, es oportuno recordar que los ahorros logrados en el año 2007 debieron ser utilizados en la atención de los problemas causados por las tormentas que impactaron el territorio nacional y el manejo de los desfogues de las presas. Ya que nos encontramos nueva vez en temporada ciclónica, es preciso que el Gobierno establezca claramente un control de los embalses, que se mantenga informada a la población sobre su comportamiento para así contribuir a evitar nuevos daños que consuman los ahorros logrados en los fondos públicos con tanto sacrificio.
Los nuevos apoyos logrados en el financiamiento a través de Petrocaribe son loables y merecen nuestro reconocimiento al pueblo de Venezuela. Pero es preciso garantizar la sostenibilidad de la deuda pública y aminorar sus efectos en las finanzas del Gobierno.
Compartimos plenamente el planteamiento del Presidente en el sentido de que no es posible que los subsidios a la electricidad y al gas consuman más recursos del presupuesto de los que se asignan a la educación y la salud. Sin embargo, lo que ha estado pendiente en el sector eléctrico es la tarea de cobrar la energía que se sirve a los usuarios que no la pagan y evitar nuevas distorsiones que como el PRA, han venido a generar competencia desleal entre las empresas. Por tanto, nos parece que el énfasis más marcado en este sentido debe estar dirigido a cobrar la energía que se sirva a los usuarios que no la pagan.
Los incentivos al sector transporte, anunciados para ser ejecutados con fondos de inversión privado nos parecen oportunos, pero los mismos deben venir acompañados de las garantías necesarias para que se permita el libre transporte de mercancías. Si no se toman medidas para evitar el monopolio, estas exoneraciones solo vendrán a fortalecer esta lesiva práctica, en perjuicio de la libre empresa.
De igual forma, la alianza público-privada propuesta para afrontar la crisis alimentaria nos parece una excelente oportunidad de retomar el campo, pero con energías suficientes para producir una profunda transformación en los esquemas de producción agrícola y agroindustrial, que además de oportuna es necesaria para lograr una mejoría en la calidad de vida de las clases más necesitadas. Pero el Gobierno debe garantizar los mecanismos necesarios para dar transparencia, equidad y efectividad a las exoneraciones anunciadas, de manera que estos esfuerzos se traduzcan en resultados reales y positivos.
Nos parece oportuna y correcta la afirmación del Presidente sobre el compromiso del Gobierno con el bienestar del pueblo dominicano, haciendo un manejo prudente de la situación de manera que podamos sobreponernos a la crisis y sacar lecciones de ella que nos ayuden a crecer.
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