Análisis Económico

Estos son los comentarios hechos por el economista Julio Caminero en su sección del programa de televisión "Ventana de Noticias", que se difunde los sábados de 1:00 a 2:00 por Teleradio América, canal 45 y por HIZ

1. Reformas Fiscal sugerida por la FAI
La Federación de Asociaciones Industriales (FAI) celebró la semana su primer Congreso. Una de sus conclusiones fue la propuesta de una reforma fiscal cuyo documento fue entregado al presidente Leonel Fernández. De acuerdo con Ignacio Méndez, presidente de la FAI los objetivos fundamentales de esta reforma fiscal serían simplificar la administración fiscal, obtener exenciones del pago del ISR durante los primeros cinco años para las nuevas inversiones, adoptar el principio de la depreciación acelerada en la adquisición de activos para las empresas, establecer Zonas de Inversión libres de impuestos y reorientar las funciones de la Corporación de Fomento Industrial (CFI).
Las reacciones en contra no se hicieron esperar. Primero fue el Secretario de Hacienda, Lic. Vicente Bengoa quien dijo a los industriales que bajo ninguna circunstancias se le otorgarían privilegios de carácter fiscal. Después el economista Héctor Guiliani Cury, ex Subsecretario de Estado de Finanzas y ex funcionario del Banco Central, sugirió al gobierno que desoiga las peticiones de incentivos fiscales que formulan los industriales.
El argumento de los industriales agrupado en la FAI es que le permitan incentivos fiscales para poder competir con los países de Centro América (CA) en la promoción de inversiones en la industria. Si nos atenemos a la lógica de que los países de CA tienen una presión fiscal promedio de 13.5% frente a mas del 20% de República Dominicana (Rep. Dom.), los planteamientos de la FAI son correctos, porque de persistir esta situación, en el mediano y largo plazo las inversiones se moverán hacia aquellos países que tienen menos tasas de impuestos, perjudicando el clima de inversión de Rep. Dom.
Paras que exista una equidad fiscal por países se requiere que la presión fiscal de éstos tiendan a igualarse. Es decir, o los países de CA suben sus diferentes figuras impositivas y eliminan exenciones y deducciones o nuestro país hace lo contrario. Lo que la FAI sugiere se práctica en CA: exención de pago del ISR de impuestos a 5, 10 y 15 años para las nuevas inversiones, importación libre de impuestos de maquinarias y materias primas, depreciación acelerada en la adquisición de activos fijos, entre otros. Honduras y Nicaragua tienen una ventaja adicional, por ser países pobres altamente endeudados podrán mantener incentivos a las exportaciones mas allá del año 2009, cuando vence el plazo de esta modalidad, según los acuerdos firmado con la OMC.
De todas maneras, estudios e investigaciones patrocinados por el Banco Interamericano de Desarrollo sugieren que los países de CA deberán elevar su presión fiscal mínimo en 3.5% del PIB si quieren cumplir con su compromiso social de reducir la pobreza y realizar las inversiones en infraestraestructura que se requieren para el desarrollo económico y social. Lo ideal sería esperar que los países firmantes del DR-CAFTA promuevan una coordinación de sus políticas de impuestos, evitando lo que podríamos llamar una guerra de impuestos.
2. La huelga del transporte: una encrucijada
Los empresarios y sindicalistas de la industria del transporte tienen la batalla perdida en la opinión pública, aunque aparentemente tienen razón, desde el punto de vista comercial. Tienen en su contra que las huelgas que realizan terminan en actos vandálicos que afectan a quienes deberían sus aliados, los usuarios del servicio, como ocurrió el lunes pasado que varias obreras de una zona franca ubicada en el kilómetro 22 de la autopista Duarte, sufrieron quemaduras graves en sus cuerpos como consecuencia de una bomba molotov que auspiciadores de la huelga lanzaron a un autobús del transporte que no la apoyaba. Quien esto escribe fue testigo presencial de cómo un grupo de aproximadamente 25 o 30 hombres, encapuchados, a la 07:45 de la mañana de ese mismo día impedían la circulación vehicular en la Zona Universitaria, lanzándoles piedras y otros objetos a quienes se atrevieran a circular por ahí.
Un principio cardinal de los negocios es que si suben los costos de producción en una actividad comercial alguien debe pagarlos, o lo absorben los inversionistas, llevando sus empresas a la quiebra, o se traspasan a los consumidores a través del precio. Ciertamente, los costos del combustible, de los neumáticos y de los repuestos para motores y carrocerías han aumentado de manera sistemática desde 2004, sin que los ajustes en las tarifas del transporte urbano hayan variado en la misma proporción. Los empresarios del transporte sugieren un subsidio de RD$17.0 por pasajeros para evitar la quiebra del sector, así como la eliminación del pago de aranceles para las importaciones focalizadas en el sector.
Estas peticiones constituyen una verdadera encrucijada para el gobierno: o busca RD$9 mil millones por año o permite que los transportistas suban la tarifa a RD$30.0 por pasaje. En el marco del Acuerdo firma con el FMI el gobierno no puede darse el lujo de otorgar nuevos subsidios, cuando el FMI presiona para que se eliminen los subsidios a la electricidad y al gas licuado de petróleo. Un sacrificio fiscal de esa magnitud afectaría los planes del gobierno en otras áreas, digamos la construcción del Metro. Subir la tarifa a RD$30 implica para los usuarios dedicar mínimo RD$120 diario para trasladarse de sus hogares al trabajo, tomando en cuenta un promedio de cuatro pasajes por día. Como la mayoría devenga el salario mínimo, RD$6,400 al mes, implicaría consumir en servicios de transporte el 45% de su salario, una carga insostenible y por eso de un impacto político negativo para el gobierno.
Las esperanzas están cifradas en un estudio para el ordenamiento jurídico y funcional del transporte que nunca termina y en la construcción del Metro de Santo Domingo, una mega obra que se llevará mas de RD30, 000 millones del presupuesto nacional y que solo atenderá el 10% de la demanda de asientos, con el agravante de que mientras la ciudad crece geográficamente este-oeste (de boca chica hacia Villa Altagracia), donde se concentra la actividad empresarial, los servicios del Metro serán para los residentes en la zona norte-sur, que no pasará del malecón, a menos que se retome la idea de la construcción de la isla artificial, y tiene como límite la parte norte de la ciudad, solo para aquellos que deseen comer chicharrones.