Monday, March 30, 2009

¿Quien conoce este lugar?

Por Luis José Chávez
El autor es periodista y politólogo

Durante más de 20 años fue la plaza pública más representativa del Malecón de Santo Domingo y probablemente el más importante espacio recreativo para la familia en todo el Distrito Nacional.
Fue inaugurada el 8 de agosto del año 1986 como parte de las 86 obras de interés social puestas en servicio por el doctor José Francisco Peña Gómez en el último mes de su gestión como síndico de la capital. La construcción de este proyecto estuvo a cargo del gran maestro de la ingeniería, Don Luis Bonet, y del joven y prestigioso arquitecto Cristóbal Valdez.
El proyecto completo implicó la rehabilitación de la playa, un área comercial con 20 puestos para la venta de comidas, bebidas y artículos de interés turístico, y un parque de diversiones con juegos para niños y una pista de patinaje. También contaba con un moderno sistema de iluminación, paradores, miradores, vestidores, jardinería y parqueos.
A pesar de que el proyecto solo le costó a la administración municipal un millón 400 mil pesos, gracias a la honradez administrativa del doctor Peña y a la colaboración desinteresada prestada por los profesionales responsables de la construcción, ha sido una de las obras más trascendentes construidas por el Ayuntamiento capitalino, sobre todo por ser una opción importante para la recreación de la familia y por mejorar significativamente el atractivo turístico del Malecón de Santo Domingo.
Como todas las obras materiales o de ingeniería, la plaza sufrió progresivamente algunos niveles de deterioro, aunque las siguientes administraciones municipales de Rafael Suberví Bonilla, de Rafael Corporán de Los Santos y de Johnny Ventura, se ocuparon, unas más que otras, de mantenerlas en condiciones de uso público.
Sin embargo, desde el año 2002, con la primera gestión del alcalde Roberto Esmérito Salcedo Gavilán, la plaza comenzó un sostenido estado de deterioro por falta de mantenimiento. A fines del año 2006, luego de alcanzar su segundo mandato, el síndico Salcedo decidió desalojar a los comerciantes de la plaza con el supuesto propósito de iniciar su remodelación.
A principios del 2007, el síndico Salcedo comenzó a demoler las casetas, convirtiendo la plaza en un gran depósito de escombros, ya que los desperdicios generados por las demoliciones permanecieron durante casi un año en el mismo lugar a la vista de todos los que circulaban por la avenida Georse Washington. Más adelante dispuso el cierre del lugar con una gran valla, posiblemente para crear la percepción de que la plaza estaba siendo rehabilitada de verdad, pero los desperdicios permanecen todavía en mismo lugar.
A principios del año 2008, el síndico Salcedo anunció un gran programa de “rescate” para el Malecón de Santo Domingo. Esta reseña fue publicada por la edición digital del periódico El Nuevo Diario:
“El alcalde Roberto Salcedo anunció además para este mes de enero la iluminación de todo el Malecón y la pavimentación de los puntos de la Avenida George Washington que lo necesiten. Agregó que de igual manera serán iluminadas las principales vías de la Ciudad de Santo Domingo, con la finalidad de elevar los niveles de seguridad de la Capital.
“Los trabajos en la Avenida George Washington se centrarán en el Parque Eugenio María de Hostos, Plaza Omar Torrijos y Plaza Guibia, a lo que se añade la iluminación de todos los entornos del Malecón para reducir los actos vandálicos en esa zona”, declaró”.
A principios del 2007, también había hecho un anuncio parecido:
“El síndico Roberto Salcedo anunció hoy que el Ayuntamiento del Distrito Nacional iniciará en los próximos días la iluminación total del Malecón, la construcción de un helipuerto y de canchas de arena para voleibol”. (5 de julio 2007, periódico el Caribe)
Como todos los proyectos de Roberto Salcedo, ninguna de las obras anunciadas se ha iniciado en firme. En el Malecón de Santo Domingo solo se advierten los trabajos realizados por el Consorcio Turístico Sans Souci en la plaza Juan Barón.
Como pasó con el Barrio Chino, el mercado de Villa Consuelo, el Mercado de la Duarte y al única obra importante que realizó el síndico Salcedo en su primer período, el llamado Paseo de los Estudiantes, que comenzó en su primer año y terminó en el último, las obras del Malecón a cargo del Ayuntamiento probablemente se tomarán mucho tiempo y tal vez terminarán en el tercer mandato municipal de Roberto Salcedo, el síndico que ha manejado más recursos de toda la historia de Santo Domingo y el que menos realizaciones ha podido entregar a sus electores.
Como dato de apoyo me permito recordar que el último presupuesto anual del síndico Ventura, para una ciudad de mil 700 kilómetros cuadrados y tres millones de habitantes, fue de mil 100 millones de pesos. El presupuesto consolidado del año 2007 del síndico Roberto Salcedo, para una ciudad de 94 kilómetros cuadrados y un millón de habitantes, fue de 3 mil 905 millones de pesos y ni siquiera pudo construir el parqueo del Barrio Chino.
Me imagino que con estos detalles previos, los lectores saben que este artículo está dedicado a la Plaza de Guibia, intervenida por el Ayuntamiento e inhabilitada para su uso público durante más de tres años, en una absurda política de secuestro de la propiedad social de la ciudad de Santo Domingo que ha convertido el Malecón de Santo Domingo en un lugar inhóspito y en lo que el periódico Listín Diario definió en un reportaje publicado el 30 de junio del 2007 como el más grande lupanar de la República Dominicana.
Pero es evidente que esto a nadie le importa.
29 de marzo, 2009

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