
La sociedad está hábida de paz, tranquilidad, donde pasearse por las calles sea un gozo y no una incertidumbre, una amenaza o una preocupación.
Esa es la vida que debemos tener, donde los robos y asaltos se reduzca a la mínima expresión, donde las autoridades sean garantes del orden, y no como algunos parte del problema.
Ir al cine, a la discoteca o centros de diversión se ha convertido para las familias dominicanas en una ansiedad, preocupación, temor, que solo se disipa cuando sus hijos regresan a la casa sin contratiempos.
El país más tranquilo de América, hoy es uno de los tantos del mundo donde el narcotráfico, los secuestros, la violencia es el pan nuestro de cada día.
No apaguemos sus sonrisas, como las de muchas jóvenes dominicanas.
No comments:
Post a Comment