El senador Prim Pujals resaltó el trabajo social y comunitario en el seno de la comunidad dominicana en Venezuela del empresario dominicano residente durante más de tres décadas en Caracas, Vicente Hernández, quien se encuentra de visita en la República Dominicana.
“Durante el tiempo en que me desempeñé en Caracas como cónsul general de la República Dominicana mantuve una relación de afectos y colaboración institucional con el empresario Vicente Hernández, a quien siempre he reiterado mi amistad”, dijo Pujals a los periodistas.
Pujals Nolasco fue nombrado cónsul en Caracas por el ex presidente Joaquín Balaguer, a principios de la década del 90, tras haberse desempeñado como procurador fiscal del Distrito Nacional.
Club Dominicano
Al hablar en torno a la instalación en la zona Este de Caracas del establecimiento conocido como el Club Dominicano, ubicado en el sector de Chacaìto, el empresario Vicente Hernández informó que este centro de esparcimiento llenó las expectativas de la colonia dominicana residente en Caracas.
“Cuando llegué a Venezuela el 29 de agosto del año 1977, aunque eran momentos difíciles desde el punto de vista económico, me fijé la meta de construir un establecimiento a donde los dominicanos acudieran a un sano entretenimiento”, dijo el empresario Hernández, quien ostentó en la pasada campaña electoral la presidencia de la seccional en Venezuela del Movimiento en Primera Vuelta con Leonel.
Entrevistado por los periodistas en compañía de su asistente y hermano, Federico Hernández, aseguró sobre el trabajo de Pujals durante su paso por Venezuela que “éste nos ayudó bastante en la organización social y cultural de los dominicanos en Venezuela”.
Pondera labor
El Senador de Samaná expresó que este club era utilizado para reuniones de la colonia criolla en Caracas, y enfatizó que a ese respecto se estableció el Plan de Prevención Familiar, que era básicamente utilizado para cuando un dominicano falleciera en Caracas y otras poblaciones venezolanas, los gastos funerarios no resultaran un dolor de cabeza.
Destacó que en esas circunstancias los grupos organizados con el Cónsul General a la cabeza, garantizaban que al difunto o difunta se le velara en una funeraria de Chacaìto.
“En algunos casos, en coordinación con familiares, se procuraba que el cadáver fuera enviado en avión a la República Dominicana, donde recibiría cristiana sepultura, o en otros casos se le enterraba en Venezuela”, confió el legislador.
Pujals recordó que el Plan que se puso en marcha en esa ocasión en la Colonia Dominicana en Venezuela, facilitaba en la mayoría de los casos que “llegáramos a adquirir terrenos para la construcción de un nicho y también para cubrir los costos funerarios”.
Dijo que un elemento importante a tomar en cuenta, o a rememorar con grato recuerdo, “era que por la participación de un dominicano en el Plan de Prevención Familiar, cuando se le moría un ser querido, el socio recibía todo el apoyo, por tan sólo 100 bolívares mensuales como derecho adquirido”.
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