Monday, April 27, 2009

Sobre medidas de EEUU en Cuba

26 de Abril del 2009, 8:37 AM

Dicen las encuestas
Ninguna encuesta es infalible, pero dice el refrán que si se ladra, es porque se cabalga.

Dos días después de anunciados los cambios en la política de viajes y remesas, la firma Bendixen & Associates aplicó una encuesta en el área de Miami Dade y Broward cuyos resultados dieron lugar a una polémica. De acuerdo con estos, el 72% de los encuestados se mostró favorable, entre otras cosas, al diálogo con el gobierno de Raúl Castro, el 20% se opuso y el 8% manifestó no tener opinión alguna al respecto; por otra parte, el 64% favoreció los viajes de los cubano-americanos y el 67% aprobó la libertad de los norteamericanos para ir a Cuba, lo cual supone el visto bueno a un proyecto de ley actualmente en el Congreso. Pero de ahí salió un resultado más grueso en la esfera de lo político: el 67% tenía una buena opinión del presidente Barack Obama en el contexto de una comunidad cuya filiación republicana, por oposición a las otras minorías, ha sido un dato históricamente inscrito en piedra. Sólo un 20% se mostró contrario a la labor del nuevo presidente al cabo de los famosos primeros cien días de gobierno. De inmediato estos hallazgos fueron puestos en duda por varios emisores del exilio duro, cuya línea pública se dirigió incluso a tratar de deslegitimarlos cuestionando su profesionalidad y manejando el dato de que proyecciones anteriores de esta misma firma no habían sido avaladas por los hechos, como en la votación a favor de los congresistas cubano-americanos de la Florida durante las últimas elecciones. El mensaje era claro: el partidarismo de Bendixen, asociado con los demócratas, había sesgado la medición Ninguna encuesta es infalible, pero dice el refrán que si se ladra, es porque se cabalga. Asumiendo incluso el margen de error de más-menos 4% que declaran los encuestadores, lo cierto es que las tendencias a la moderación, los puentes y a un nuevo tipo de interacción con la Isla constituyen uno de los datos más relevantes del actual Miami, determinadas entre otras cosas por el gap generacional y la llegada de la nueva migración de los 90, cuyas visiones sobre la situación cubana difieren un muchos casos de las del exilio histórico, todavía ahí, pero con la guadaña encima del cuello. Y esta encuesta no es lo único que lo indica, como bien se sabe. De ahí que el día después de anunciada la liberalización, la zona del Aereopuerto Internacional de Miami donde se hace la cola para los viajes a Cuba parecía un hormiguero revuelto, según me hizo saber por e-mail un connacional que trabaja en una de las casas de cambio de la terminal aérea. Los duros no viajan a Cuba porque el dinero que dejan, dicen, pasa a las arcas del Estado y por consiguiente beneficia al régimen. Tomado como la punta de un iceberg, en la fila el mensaje era igualmente claro, y podría resumirse en una palabrota asociada a una vara larga que utilizan los chinos para cargar los baldes de agua. El silencio, como en el pentagrama, a veces tiene valor expresivo. Es evidente que en ciertos puntos el enclave se está moviendo en un sentido similar a la sociedad global norteamericana. Las encuestas en ella implementadas han mostrado tradicionalmente, como norma, una percepción favorable a normalizar relaciones con Cuba y a defender el derecho constitucional de viajar sin cortapisas a la manzana prohibida. Por esgrimir sólo un botón de muestra, recuerdo que durante el reaganismo, una de las épocas más álgidas de las bilaterales, una pesquisa de la Potomac Associates arrojó que a pesar de la visión negativa que se tenía sobre Cuba entre los líderes y el público, la mayoría de los encuestados se mostró de acuerdo con negociaciones entre los dos gobiernos para normalizar las relaciones. Mientras eso ocurría, mencionar en Miami la palabra “diálogo” podía significar una bomba (o amenaza de esta). Ahora la cuestión es más fuerte, retroalimentada por la idea de que la política no ha funcionado, una recurrencia en el discurso administrativo. De acuerdo con un muy reciente sondeo nacional del International Policy Attitudes Program, de la Universidad de Maryland, el 59% de los encuestados favorece “un nuevo approach” a Cuba, el 75% cree que se deben efectuar conversaciones bilaterales y el 70% que los norteamericanos deben ser libres de viajar a la Isla. “La respuesta, mi amigo, está soplando en el viento” --escribió Bob Dylan en una famosa canción de los años 60. Alfredo Prieto. Ensayista y editor cubano. Reside en La Habana.

No comments: