"Su vocación sacerdotal, su altruismo y su erudición inigualable convirtieron al padre Arnáiz en un referente para la Iglesia", destacó López Rodríguez, que citó los inicios del sacerdote jesuíta en la Iglesia Dominicana después de ser expulsado de Cuba poco después del triunfo de la revolución castrista en el año 1959.
Arnáiz, obispo emérito de Santo Domingo, murió este viernes en la ciudad de Santiago, República Dominicana. López Rodríguez lo definió como un amigo no sólo en la fe cristiana sino también en lo personal y en lo académico, y destacó su labor pastoral de más de 60 años.
El arzobispo de Santo Domingo, que se encuentra en España desde el pasado miércoles y hoy sigue en ruta a la ciudad de Roma, lamentó no haber podido estar presente en los funerales de monseñor Arnáiz, pero recordó que antes de viajar a Europa lo visitó en la Clínica Homs de Santiago.
Recordó su proverbial buen humor y la broma con el médico que lo atendió en su última crisis de salud: "Yo lo que necesito ahora es un buen tabaco, doctor...", recordó el cardenal López Rodríguez que le dijo Arnáiz a su médico días antes de morir.
En el curso de esta semana López Rodríguez desarrollará una intensa labor religiosa en la ciudad de Roma que se prepara para la ordenación de 23 nuevos cardenales designados por el Papa Francisco, seis de ellos latinoamericanos.
Previa a la ordenación de los nuevos príncipes católicos, el arzobispo de Santo Domingo ofrecerá una conferencia sobre su experiencia en los medios de comunicación de la Iglesia, especialmente en la televisión, donde López Rodríguez es pionero en Latinoamérica dirigiendo un canal católico.
Ayer tarde encabezó una misa concelebrada, junto a otros nueve sacerdotes, en la parroquia Santa Teresa de la orden de los Carmelitas Descalzos, en Madrid. Asistieron centenares de feligreses, en su mayoría dominicanos, y el personal diplomático y consular acreditado en España, encabezado por el embajador César Medina.
"Ha muerto en nuestra querida patria un hombre de gran capacidad, un destacado intelectual, un amigo leal y sincero", manifestó López Rodríguez al iniciar la eucaristía. Pidió a la feligresía orar por el descanso del alma de Arnáiz, quien fue sepultado ayer al mediodía en el cementerio privado de Manresa Loyola, de la Compañía de Jesús, orden a la que pertenecía.
López Rodríguez se refirió también a la crisis económica que agobia a casi toda Europa y especialmente en España donde residen más de cien mil dominicanos que se han visto afectados de forma sensible.
Pidió a la Virgen de La Altagracia interceder por esos dominicanos afectados al igual que por los españoles más pobres y por los ciudadanos de otras nacionalidades golpeados por la crisis.
Luego de la misa, López Rodríguez acompañado de los sacerdotes co-oficiantes fue agasajado por la curia madrileña, por los funcionarios diplomáticos y por veintenas de feligreses dominicanos que le testimoniaron su cariño y respeto.
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