“Los mediadores en la crisis interna deben permanecer en
el fiel de la balanza, hasta lograr que el partido se encause por los senderos
institucionales.”
Dr. Willians De Jesús
Salvador
El pueblo dominicano quiere
más al Partido Revolucionario Dominicano, que lo que ese partido quiere al
pueblo, es una conclusión elemental, cuando se hace el peritaje de la montaña
de votos blancos que en los últimos dos procesos electorales ha obtenido frente
a su principal rival el PLD y la conducta irracional post electoral, de los
llamados lideres facciosos contemporáneos.
Sus dirigentes principales
están anclados en el siglo pasado, pero no a la altura de sus finales, sino de
la década en que el debate era con el lenguaje de la fuerza, entre
montoneros, donde imperaba el líder más rudo, quien era proclamado como
caudillo, cuyo mayor orgullo no era la contribución civilizada al
fortalecimiento del partido como institución, sino, el símbolo inequívoco del
sable y el valor espartano para defender sus verdades o intereses gregarios
políticos.
El PRD hoy de cabeza bífida,
que aunque el presidente del PRD se esfuerza por hablar de institucionalidad,
esto es un sofisma, no existe institucionalidad, si existe legalidad que son
dos cosas distintas, es decir, el estatus que el Tribunal Constitucional
Electoral y la ley otorga a la situación partidaria, que carecen de
fuerzas morales para que un militante se mantenga adherido a esos principios,
por entender que el TSE,es un órgano espurio, por ser la resultante contaminada
del ejercicio despiadado del poder político mayoritario del PLD, y al no haber
participación ciudadana democrática en su conformación, sino, que dentro de la
debilidad y miseria que abate al PRD, el presidente que dice representar la
institucionalidad, tomó una migaja insignificante para los perredeistas y el
país, para colocar uno de los suyos.
El Ing. Hipólito Mejía, mi
querido y adorable amigo, tiene su propio esquema, parece que no escucha
consejos, tiene su código de actuación que responde más a la pasión, que a la
racionalidad del que está obligado a ejercer por su liderazgo. Debe
colocar el estetoscopio puesto en el corazón del pueblo y los militantes
de su partido. Está diluido en un círculo reducido de hombres y mujeres
que buscan sus propios intereses, muchas veces sin más merito que el correr
detrás de los candidatos, cuando buscamos los aportes de estos pro hombres, no
es posible escribir un párrafo de sus contribuciones ni al partido, ni a la
patria. Lamentablemente estos son los barones del partido. Los jefes.
Buscadores de la presidencia del PRD.
Existen dos direcciones
políticas, no importa lo de institucional o no, en política usted se deja no
por el que quiera dirigir, sino, por el que usted acepte como tal, por lo que
es una verdad insoslayable que hay un resquebrajamiento del PRD, en términos
reales, la plana mayor, Secretario General, Secretaria de Organización, entre
otros, no aceptan la jefatura de Miguel, es decir, es un poder cuestionado, no
importa que asista a los fórum de la Internacional Socialista y se presente
como Presidente del PRD, en el fondo se siente vacio y con la dignidad
disminuida como dirigente máximo de la organización.
Miguel e Hipólito, tienen
que admitir que la situación de confrontación sin los fundamentos políticos que
deben regir el debate institucional en un partido, está ha siendo que todos
pensemos que el PRD, a traviesa por su hora más crítica de liderazgo político,
en los organismos internos donde se debaten las situaciones a la luz de los
estatutos como marco legitimo, esa payasada de dos voceros en la Cámara de
Diputado, mantiene a nuestros contrarios mandíbulas batientes, porque señalan
sin hablar, nuestra incapacidad como partido con la capacidad de orientar una
nación, cuando no somos capaces de encausar nuestras propias diferencias
internas.
Hasta en las guerras de
naciones, los contrarios abren un espacio para ponerse de acuerdo, sobre el fin
de la confrontación o la profundización de la misma hasta aplastar al
contrario. Señores, hasta la FARC y el gobierno colombiano, han abierto el
debate en Oslo para buscar la paz. Que impide que Hipólito y Miguel, se
sienten sin amarse, odiándose por los daños que cada quien cree le infligió el
uno al otro, mientras ninguno de los dos culpan al contrario, para ponerse de
acuerdo al retorno de la institucionalidad, fijar una fecha para la convención,
las reglas de oro de la misma, que voten solo los perredeistas y los nuevos
militantes que sean reclutados en el proceso, que es lo propio en todo partido
político.
Que Miguel e Hipólito, en un
acto de civilidad política nombren una comisión de notables para que fiscalicen
el proceso, hombres y mujeres que pongan el partido como institución primaria
por encima de los intereses.
Debo confesar en este
artículo que yo lo que soy es perredeista, desde la mocedad, mi familia sin
ningún tipo de fraccionamiento es perredeita, estamos intacto ahí, hemos
visto desfilar lideres e inclusive recuerdo cuando Juan Bosch, visitó en
campaña nuestro humilde hogar en la calle Restauración No 77 en San Francisco
de Macorís, su presencia pareció permanecer en ella y nuestros corazones.
Se fue Bosch, nos quedamos
en el PRD, murió Peña y muchos se fueron del partido, nosotros nos quedamos en
el PRD, y finalmente, el Lic. Hatuey Decamps Jiménez, mi líder, mi amigo, mi
hermano, hombre que mi familia adora, mis hijas hoy todas profesionales, se
hicieron adulta teniendo al Licenciado Decamps, como el referente más alto
político.
Tenemos a Hatuey como parte
de nuestra familia, repito, lo adoramos, se fue del partido, y nosotros nos
quedamos en el PRD, y, nunca he desperdiciado la oportunidad para decirle que
vuelva al partido que esta es su casa política, y que solo por el PRD él puede
ser presidente de la República.
Así que instamos a Miguel e
Hipólito, a deponer irracionalidades personales, y le exigimos que se pongan a
la altura de la confianza que hemos depositados en ellos, el país marcha sin
oposición, y cuando cualquiera habla en el nombre del partido en el rol de
opositor, sus posiciones no repercuten, porque aunque los áulicos que les
rodean, les digan que el PRD y el país gira a sobre sus ejes personales , la
realidad en blanco y negro, que vuestra presencia en el debate nacional
ha perdido trascendencia política.
El presidente Danilo Medina,
no habla, Leonel como presidente del PLD, tampoco habla, ellos tienen
razón, no hay oposición política en el país, así, que el discurso del silencio
además de ser sabio, es el reconocimiento implícito de la ausencia de
referentes políticos como contraparte opositora.
El Autor es Subsecretario
Nacional de Asuntos Internacionales del PRD, Presidente Fundador de la
Seccional de Madrid, España del PRD, y Ex Secretario del PRD en San Francisco
de Macorís, Miembro del Comité Ejecutivo Nacional.
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