Duelo lacerante de haitianos para buscar y sepultar a sus muertos

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Puerto Príncipe.- (AP) Algunos de los muertos por el terremoto en la destrozada capital de Haití fueron colocados en líneas junto a caminos con prendas de ropa puestas cuidadosamente en los rostros a manera de modesta mortaja.
Otros eran llevados a colinas para entierros breves, mientras centenares son dispuestos en un macabro entrelazamiento de piernas y brazos frente a un centro forense, a unos cuantos metros de donde están las víctimas del sismo con lesiones graves.
Los vivos y los muertos comparten aquí el mismo espacio: las aceras, plazas públicas, hospitales. Los vivos están atemorizados de ser sorprendidos en algún lugar interior en caso de otro temblor; los muertos están por doquier.
En el umbral de una farmacia, seis cuerpos fueron alineados hombro con hombro. Sobre el cadáver de una mujer, cubierta por una sábana, yacía un paquete pequeño, con la pierna diminuta de un menor que sobresale del envoltorio.
"Esto es indescriptible. Un desastre, daños, simplemente es muy abrumador", dijo Karel Zelenka, representante del grupo Servicios Católicos de Auxilio en Haití. "Todo mundo lleva una bufanda o algo, porque la pestilencia es insoportable... Literalmente tienes cadáveres por todos lados".
La Cruz Roja Internacional considera que hasta 50.000 personas murieron por el poderoso terremoto con una magnitud de 7 que ocurrió la tarde del martes. Por ahora, pocos saben qué hacer con los cuerpos. La gente dice que son dejados junto a caminos y umbrales de lugares para que los parientes que sobrevivieron puedan encontrarlos, o para que las familias puedan llevarlos a tumbas.
Hay familias que no están dispuestas a esperar. Los parientes de una mujer que murió en el sismo le cavaron su tumba a unos seis metros (20 pies) de un camino. El cadáver estaba cubierto por una sábana y atado a una puerta. Al otro lado de la calle, otras personas también cavaban fosas y encendieron una fogata para alejar a las moscas y dispersar el hedor.
Aunque la pestilencia puede ser sofocante, había funcionarios sanitarios que intentaban disipar los temores sobre la propagación de enfermedades. Varios directivos de la Organización Panamericana de la Salud —en declaraciones desde Washington— enfatizaron que los cadáveres no son un peligro significativo de contagio, y llamaron a evitar prontas sepulturas o incineraciones masivas.
"El manejo de los cadáveres debe realizarse con la mayor atención a las familias, los deseos de los parientes y su sensibilidad", señaló el médico Jon Kim Andrus, subdirector de la OPS.
Mientras las organizaciones de asistencia se esfuerzan por conseguir víveres y ayudar a los sobrevivientes, no había muchos planes para los cadáveres. La Cruz Roja Internacional dijo que enviaría la noche del jueves 3.000 bolsas para cuerpos junto con toneladas de ayuda desde Ginebra.
En tanto, oficiales del ejército de Brasil dijeron en un comunicado que muchos practicantes de la religión del vudú no permitirían que los cadáveres fueran tocados sino hasta que terminen sus rituales. Algunos especialistas en ese credo convalidaron esa posición, mientras otros la rechazaron.