Si yo fuera el Presidente…

Balbina Negreira

Así de todo corazón, les digo amigo(as) lectores, yo presidenta, y convoco a elecciones generales anticipadas, ante tantas barbaridades. Cómo es posible que un Gobierno y, del PLD, del Partido de Juan Bosch, se le escurra de las manos tantas inmoralidades y desfachatez en su administración y gestión como Poder Ejecutivo. Ni siquiera lo informan de un tema tan delicado y que afecta a nuestra economía como el turismo, de ex militares requeridos para extraditarlos a USA. ¿Se enteró por los medios?
Esta mañana, mientras leía que el señor presidente “va a interceder ante la ONU a favor del país hermano de Honduras”, me parece excelente ¡un hurra por nuestro Presidente! Pero cuando yo salgo de mi casa procuro dejarla lo más limpia y ordenada posible por si me ocurre algo y tienen que traerme a casa, no me critiquen porque tengo la casa “patas arriba”.
Lo de la CDEEE no tiene “nombre” en el lenguaje popular. Esto demuestra el grado de descomposición actual de la sociedad dominicana. Siempre la corrupción ha estado en forma latente en nuestra isla, agazapada como lo es todo lo que es amoral-no soy ingenua-tampoco es nuestra “misión”, pero ya esta bueno de estos verbos: leer, hablar, ver, oír, tragar y callar, debemos por lo menos, escribir...
Insisto, se requiere de otra forma o estilo de proselitismo político electoral. No pueden los candidatos electores prometerles a las bases de sus respectivos Partidos que lo van a “enganchar” en el tren de la administración pública mediante un empleo “online”. Esto aparte de abonar la vagancia, el dinero fácil (se trabaja durante unos meses y se cobra durante cuatro años). Se le hace un daño incalificable a la actividad política partidista.
Expresiones como “si fuera serio no fuera político” es la manera más sutil de expresión de muchos ciudadanos y ciudadanas, otros lo expresan con palabras más dura e irrepetibles.
¿Cuándo es el momento-político ideal-de eliminar el superávit de “empleomanía no útil” en las administraciones del Estado?
Popularmente las botellas, refinadamente las nominillas. Nunca. Los líderes políticos en el poder por compromisos políticos y para complacer a los que les hicieron campaña, jamás van admitir como necesaria ni válida las cancelaciones que se están llevando a cabo, para aparte de adecentar las dependencias gubernamentales hacerlas eficientes.
Ahora están “pagando” en cierta medida todas las promesas que les hacen al electorado y, en especial, a sus familiares directos e indirectos con los impuestos que usted paga. Muy bonito y gentil prometer con lo ajeno.
Pero no se desesperen, sus seguidores continuaran siéndoles fieles, pero háblenle con el corazón, con la verdad. Si a usted lo designan como ministro de una entidad pública, no se ponga a realizar promesas desde ahora se lo advierto. Considero que ya hay bastante conciencia de la población de que las nominillas, barrilitos y demás cuentas oscuras son posibles y existen porque les están restando calidad de vida a los y las dominicanas Como los blackouts, no se puede vivir en un país que no disponga de un servicio tan elemental como la energía eléctrica.
Así, que agarrar los libros de marketing y a contratar asesores políticos, para ver cómo logran repetir o debutar en los cargos electivos o que lo nombren como ministro(a); pero sin contar ya con el ingreso en el lenguaje dominicano de estos vocablos o vergüenza nacional.
Madrid-España.